lunes, 5 de octubre de 2009

La cumbre del G-20 echa las bases de un nuevo orden económico mundial

La cumbre del G-20 echa las bases de un nuevo orden económico mundial


PITTSBURGH, EEUU — El G-20 estableció el viernes en Pittsburgh (EEUU) las bases de un nuevo orden económico mundial, que otorga más poder a los países emergentes, para evitar otra crisis como la que hace un año sumió en la recesión a las mayores economías del planeta.

Tras proclamarse "foro principal para la cooperación económica internacional", un papel que hasta ahora correspondía al G-8, el G-20 (que reúne a EEUU, Unión Europea, Japón y grandes países como China, Brasil e India) se puso manos a la obra para tratar de arreglar los desaguisados provocados por la crisis y los malos manejos que la posibilitaron.

Los participantes en la cumbre se comprometieron en un comunicado final a "asegurar un crecimiento más equilibrado" y destacaron que "todos los miembros del G20 están de acuerdo en corregir las debilidades de sus respectivas economías".

"Los miembros del G20 con excedentes significativos de sus cuentas externas se comprometieron a reforzar las fuentes internas del crecimiento", indicó el documento. La cumbre se vio precedida por discrepancias entre países exportadores, como Alemania y China, con países altamente endeudados como Estados Unidos, sobre la necesidad de proceder a un reequilibrio.

El G20 también se comprometió a incentivar normas más estrictas sobre los fondos propios de los bancos y a imponer "fuertes normas internacionales" a las primas de los banqueros.

Esas medidas apuntan a evitar la repetición de fenómenos que condujeron a la formación de burbujas financieras y precipitaron la crisis.

La cumbre decidió además transferir "al menos 5%" del poder de voto en el Fondo Monetario Internacional (FMI) y 3% en el Banco Mundial para los países emergentes, a fin de que el nuevo reparto "refleje el peso económico relativo de sus miembros".

Se trata de "una victoria extraordinaria", se congratuló el presidente brasileño, Luiz Inacio Lula da Silva, para quien las conclusiones de la cumbre demuestran que "el mundo se está encaminando rápidamente hacia un nuevo orden económico mundial".

Los dirigentes del G20 se pusieron por otra parte de acuerdo en evitar un retiro "prematuro" de los paquetes gubernamentales de reactivación económica, ante el riesgo de una recaída en la crisis. La reactivación aún "no es sólida", advirtió el presidente chino, Hu Jintao.

El papel de coordinador de los grandes expedientes mundiales recaía hasta ahora en el G8, formado por los siete países más industrializados (Estados Unidos, Japón, Alemania, Francia, Gran Bretaña, Italia, Canadá), junto a Rusia.

Con sus nuevas responsabilidades, el G20 celebrará en adelante dos cumbres anuales. Las de 2010 se llevarán a cabo en Canadá y Corea del Sur, y la primera de 2011 en Francia.

En cualquier caso, el G20 y el G8 tienen algo en común: las protestas callejeras que provocan y que dieron pie a enfrentamientos entre grupos de manifestantes y las fuerzas de seguridad, en los que fueron detenidas 66 personas.

El viernes, miles de personas desfilaron en seis puntos diferentes de la ciudad, con carteles que afirmaban que "El capitalismo no funciona" o que convocaban a "Salvar el clima".

La crisis financiera que estalló hace dos años en Estados Unidos y que hace un año hundió a la economía mundial aceleró el proceso de irrupción de los países emergentes, indispensables para tratar de forma coordinada otros asuntos de dimensión planetaria, como la crisis alimentaria y el cambio climático.

Los países del G20 representan 90% del Producto Interno Bruto (PIB) mundial, 80% del comercio internacional (incluidos los intercambios al interior de la Unión Europea) y las dos terceras partes de la población del planeta.

No hay comentarios:

Publicar un comentario